Sobreviviente

“El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza”

No es estrés, no es depresión, no es debilidad o falta de personalidad: es ansiedad. Esa que, hagas lo que hagas, está presente; te cambia tu realidad y no sabes distinguir entre qué ocurre realmente y qué no. Vives en constante pánico y temor que algo malo pase. No sabes cómo empezó ni de dónde se originó, pero sientes miedo todo el tiempo sin razón aparente. Empiezas a hiperventilar, se acelera el ritmo cardíaco, es como si toda la gente a tu alrededor te juzgara y prefieres aislarte para evitar preguntas que no vas a saber contestar. Piensas que te estás volviendo loco, pero no es así. Es ansiedad y mi consejo es que busques ayuda.

Buscar ayuda profesional no es de débiles, no es de locos, sino simple y sencillamente necesitas a alguien externo que te ubique de nuevo en tu realidad y te ayude a salir de este trastorno. A estas alturas, es casi imposible encontrar una cura tú solo. Quizá logres calmarte por un tiempo, pero después vas a recaer y no sabrás ni por qué.

Ansiedad es pensar que todo a tu alrededor te sale mal. Tienes miedo de que te van a correr de tu trabajo, que tu pareja te engaña, que tus amigos hablan mal de ti, que no estás seguro en donde vives, que te van a estafar en cualquier momento, que perderás tu negocio. Es probable que algo esté saliendo mal, pero la ansiedad sesga el problema como algo caótico, y vives pensando en lo que “pudiera pasar” sin razonar en lo que efectivamente está pasando. No puedes distinguir lo que tu mente crea, a lo que en realidad sucede, porque en tu cabeza todo está mal. Esto termina, en el peor de los casos, en un ataque de pánico que no vas a poder controlar: se te agitará la respiración, tu corazón parecerá salirse, se te empezarán a entumecer las manos y pies hasta engarrotarse y esto puede pasarte mientras trabajas, mientras estás en tu casa o mientras manejas tu auto. Si este es tu caso, pide ayuda.

El proceso no será sencillo, porque en este momento no sabes lo que te ocasiona tanto miedo. Un profesional te ayudará a escarbar en tu información hasta dar con el hilo negro. Tener de frente ese miedo será doloroso y no te va a gustar lo que sigue. Es probable que experimentes uno o más ataques de ansiedad después, pero te prometo que es parte del proceso. El profesional no te dará la respuesta para sentirte bien, esa la tienes que encontrar tú, pero sí te dará herramientas para encontrarlas. En este momento necesitas poner tu 110% y realizar las tareas que te pidan. Algunas serán sencillas, otras serán todo lo contrario. Pero si no las haces no avanzarás y te quedarás dando vuelta al problema una y otra vez, le echarás la culpa al psicólogo, a tus amigos, a tu familia, y a todo el mundo… cuando en verdad el cambio depende de una sola persona: tú.

Escucharás miles de consejos de tu familia, de tu pareja, de tus amigos. Ningún consejo tendrá sentido al principio, pero a los pocos meses los estarás diciendo con el corazón y convencido de que la solución viene pronto. Date premios, abrázate, mírate al espejo y enamórate de la persona que ves ahí. Esa será tu compañía el resto de tu vida y tienes que hacer las paces con ella. Date cuenta que, esa persona que ves, es perfecta tal y como es. Eso no lo vas a cambiar. Llegará el día en el que te mires al espejo y digas “¡sí! ¡Este es a quien quiero ver todos los días!”.

No es trabajo de nadie hacerte feliz. Tu pareja no te hará feliz, tus amigos no te harán feliz, tener hijos o casarte no te hará feliz. Ese es tu trabajo. El día que te enamores de ti, tendrás respeto hacia ti. Podrás poner límites porque reconoces hasta dónde te gustan las situaciones y hasta dónde te hacen daño. Cuando empiezas a sentir amor por ti, empiezas a atraer amor y la luz se empieza a ver.

Eres perfecto siendo imperfecto. Siempre lo has sido. Cuando llegues a este lado sentirás que no tienes límites para crecer y para entregar amor. La gente lo notará. Tú lo notarás. Cuando lleguen momentos de debilidad y vuelvas a sentir un poco de inseguridad, utiliza las herramientas que aprendiste. Ellas te sacarán de apuros y te volverán a poner en el camino correcto.

No soy psicóloga ni pretendo serlo, pero si un día sientes ahogarte y no tienes a nadie alrededor, por favor cuenta conmigo. No puedo pensar en perder más amistades porque no supieron tratar este trastorno. Quizá yo no sea la ayuda profesional que buscas, pero podré orientarte con quien seguro lo hará.

1Comment

  1. Alberto Cardona enero 11, 2022

    ¡Hola!

    No he tenido la oportunidad de leer su libro, tengo pendiente comprarlo en estas semanas. Además me gustaría apuntarme al curso «Escritura de novela».

    Me gusta su blog, acabo de descubrir que tienes un par de entradas interesantes. Me gusta su manera tan natural de describir y describir cuestiones que suceden día a día, a todos por igual. No es necesario que sea psicóloga para hablar abiertamente sobre el tema.
    Le felicito por esta entrada, me ha gustado mucho.

    Un saludo enorme 🙂
    Alberto Cardona

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