¿Estúpido o valiente?

Hay una línea muy delgada entre ser valiente y estúpido: todos los actos de valentía tienen un poco de estupidez, y viceversa. Hoy tomé una decisión de esas en las que puede salir todo perfectamente bien, o perfectamente mal: renuncié a mi trabajo.

«¿Por qué vas a renunciar? ¿tienes otra oferta de trabajo? ¿estás estresada? ¿sientes mucha carga laboral?», han sido las preguntas constantes desde que anuncié mi renuncia. No, no tengo otra oferta de trabajo. Tampoco estoy estresada y mucho menos siento que tenga una carga pesada de actividades. Renuncio porque quiero ser leal a lo que he dicho los últimos meses, a lo que he escrito, a todo lo que refiere Nadie se lo dijo al abejorro. Es simplemente que todo ciclo llega a su fin cuando deja de tener sentido, cuando no me conecta con mis metas personales. Así que no renuncio por valentía ni por estupidez, renuncio por lealtad. Estoy dándome la oportunidad de terminar una relación laboral antes de que se convierta en burnout, que deje de ser productiva, de que caiga en una zona de confort. Ojalá todas las relaciones (llámese laboral, personal, amorosa) las termináramos antes de que nos cueste nuestra salud mental.

Este blog tiene la intención de expresar todo lo que viene en esta nueva etapa. Si lo quieres ver así, es la continuación de mi último libro.

Acompáñame en esta travesía. Saber que alguien me lee me hará sentir menos sola.

1Comment

  1. Sergio agosto 5, 2023

    Toda desición por si misma considera el costo de oportunidad que se nos presentó, no hay desiciones buenas o malas, simplemente desiciones, que de alguna forma hicimos en función de distintas variables. Te felicitó por atreverte a tomar «tu» desición más allá de lo que los demás esperan de ti, muy pocos se atreven a ello. Espero pronto tener la oportunidad de leerte!

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